BOLIVIA - INTERCAMBIO ESPISTOLAR
Rolando Prudencio Briancon 07
Rolando
Prudencio Briancon 07 enero 2020 hora 15.23 escribe:
¿Qué
moral tiene un ministro motelero para criticar a la medicina cubana y
habiendo estudiado en Cuba?
Se
dice mucho que la medicina es una de las profesiones altamente
sensible; justamente porque la verdadera misión del médico es
curar, aliviar, aplacar el padecimiento del cuerpo humano.
Básicamente esa es la labor de un médico. Todo lo que haga
valiéndose para beneficio propio de esa loable labor, ya dice mucho
de la calidad; no de profesional sino de persona.
Pero
que un médico; a parte de ganar dinero curando los padecimientos del
cuerpo humano ajeno, se dedique lúbricamente a lucrar del negocio de
la motelería, ya dice mucho de la moral que tiene. Pero además que
ése médico, hoy ministro de salud, quien fue formado en Cuba se
dedique a criticar y mancillar a la medicina del país donde se fue a
especializar, ya dice mucho de la calidad de persona que es.
En
Cochabamba no es un secreto que Aníbal Cruz es -o ha sido- dueño de
varios moteles en la zona de Arocagua, dedicándose a una actividad
que no es muy honrosa para alguien que debería haber ejercicio de la
medicina como un apostolado, como en esencia lo es.
Pero
no ha sido esa la trayectoria de Aníbal Cruz, pues se ha dedicado
más a usar la medicina como negocio. Por ejemplo es propietario de
dos clínicas geriátricas en la que gana dinero por la atención de
personas de la tercera edad, que necesitan cuidados por la atención
que les presta a pacientes, que desde luego que no tendría nada de
malo, pero que intente infamar a la medicina cubana es un delito de
lesa ingratitud.
Sólo
por citar algunas cifras han sido: 73 millones de consultas, un
millón y medio de operaciones quirúrgicas que desarrollaron los
médicos cubanos. Han atendido 60 mil partos y ha salvado 110 mil
vidas. Más de 60 países en los que desarrolla cooperación médica.
De
ésta loable labor está enterado por demás Cruz, pues ha estudiado
en Cuba, y sabe de la dignificante misión que cumple en todas partes
del mundo, y no como él que habiendo estudiado allá,
envilecidamente hoy vive de la motelería, de sus clínica privada y
su cargo de ministro.
Claro
que se está encargado -por encargo de los estadounidenses- de
repetir el libreto que desde los EE.UU., le ordenan que diga para
mancillar a la medicina cubana, señalando que: “La Habana hace
negocio con los médicos cubanos”. Pero pregúntense, ¿qué moral
tiene un ministro motelero, que habiendo estudiado en Cuba ataque a
su medicina?
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07
enero 2020 a las 16:51, Alfredo Antezana escribe:
7
ene. 2020 a las 16:51, Alfredo Antezana escribe:
Seguimos
esperando
*Camilo
Katari
Las
crisis para ser superadas deben partir de sus orígenes, sabemos que
el cuerpo humano en su crecimiento presenta bruscos cambios,
especialmente en la etapa adolescente, que en Bolivia se llama la
“edad del burro”. El cuerpo no puede adaptarse a los cambios y
eso lleva a un permanente estado de malestar y reacciones más
emocionales que razonados.
Lo
mismo ocurre en las sociedades, ahora sabemos que una buena
explicación de los cambios del cuerpo pueden superar las actitudes
irracionales y de rebeldía que se presenta en los adolescentes.
La
reunión convocada en Buenos Aires, ha fracturado de manera visible
aquella vieja unidad dentro del MAS, muchas señales evidencian que
se ha generado un movimiento rebelde al interior del Instrumento,
especialmente en las filas del movimiento indígena originario
campesino.
La
actitud de los responsables de la gestión gubernamental (Ministros,
Viceministros) que fueron responsables políticos, reemplazaron a las
naturales direcciones sindicales y políticas del MAS. Hasta ahora no
hemos escuchado una explicación coherente de este hecho, peor aún
del descalabro del mes de noviembre.
Mucha
gente que no es militante del MAS, ante la sorprendente osadía del
gobierno actual, que ha convertido el gobierno en una empresa
familiar, espera una explicación del futuro político del país, una
claridad respecto al momento coyuntural y el paulatino
desmantelamiento de conquistas sociales y las políticas
redistributivas que beneficiaban a gran parte del pueblo boliviano.
El
centrarse solamente en las elecciones, en lugar de dar una
explicación precisa de las razones que dieron paso a la acción
golpista, se presenta como una naturalización de los errores, de las
malas decisiones y de la existencia de un grupo privilegiado que
ninguneo a las organizaciones y a una estructura partidaria, para
hacer un uso arbitrario y feudal del poder conquistado por el pueblo.
No
somos ajenos a los actos de traición que cometieron diversos
parlamentarios, que hoy son los representantes del golpismo y su
legalización. Ya el tiempo se encargará de juzgar a estas personas
que incluso quieren ser presentadas como potenciales “candidatas”,
apadrinadas por los mismos medios de comunicación que promovieron el
golpe.
Un
apunte necesario acerca de la imposible negativa que se pretende
mantener en Bolivia. Por boca de uno de los protagonistas se conoce
que hubo una confabulación con miembros de la policía, de las FFAA
y de los movimientos sociales para organizar y ejecutar el golpe de
estado, ya no deben quedar dudas al respecto, y quienes legalizan
esos actos, se convierten en cómplices de la mentira.
Seguimos
esperando una explicación de la ruptura del proceso de cambio,
seguimos esperando una explicación del por qué se archivaron los
principios del “Vivir Bien”, de mandar obedeciendo al pueblo y
por qué se mantienen los círculos de privilegio que se esmeran en
mantener aislado a Evo Morales, de las preguntas y cuestionamientos
que inquietan a estos causantes del desastre.
En
los próximos días ya se irán definiendo a los candidatos del MAS,
nos dicen por ahí que la cosa no está fácil y que no habrá
consenso porque todo se define allá y no aquí en Bolivia. Por ello,
no son las fotografías con Evo Morales las que harán olvidar los
errores, sus ínfulas de todopoderosos y perdonavidas, ya el pueblo
está exigiendo cuentas y manejar su propio destino.
Esa
es la vía, retornar a las bases que dieron vida a un instrumento
político, que se acunó en los surcos de las culturas andinas, en
las selvas amazónicas y en el Chaco boliviano.
Recuperar
el Vivir Bien y su filosofía es la tarea de hoy para construir el
futuro, no son los “elegidos” los que nos enseñen por donde
debemos caminar; esto ya lo sabemos; nuestros abuelos Tomás Katari,
Túpac Katari, Zarate Willka y nuestras abuelas Kususa Llawe,
Gregoria Apaza, Bartolina Sisa, ya nos señalaron el camino.
*Camilo
Katari, es escritor e historiador potosino
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Rolando
Prudencio Briancon
07
enero 2020 19:49
Si
la ciencia es impotente para superar la pobreza la iglesia le dedica
bienaventuranzas.
Es
de antología la impostura de la iglesia católica de criticar
cínicamente a la ciencia, cuando los curas están apoltronados, en
medio del oro y la plata, advirtiendo que la ciencia es impotente
para superar la pobreza.
Tenía
que ser el cura Sergio Gualberti quien se mandara otro sensiblero
sermón, indicando: “la ciencia ha mejorado la calidad de vida pero
ha demostrado su impotencia ante la pobreza y el medio ambiente”,
pues Gualberti como cientos y miles de curas nunca ha trabajado, ni
producido nada en favor de la ciencia, ni de la conciencia.
Y
es que es obvio que superar la pobreza no es cuestión de avance de
la ciencia; sino de voluntad política de los políticos y los
poderosos; entre ellos la iglesia católica, que estando consciente
del ejemplo espartano de Cristo de vivir con lo que llevaba puesto, y
exigiéndoles a sus apóstoles les dijo, cuando le preguntaron, ¿qué
debemos hacer para seguirte? Él les respondió: “Ve y vende lo que
posees y da a los pobres, entonces ven y sígueme”. En cambio la
iglesia, y a nombre de Dios vive orondamente en la opulencia.
Pero,
¿cuál es la actitud de los apoltronados; o sea los curas? Atesorar
oro y joyas dentro sus iglesias. Es más, para nadie es un secreto
que el Vaticano posee un banco en Roma, como es el banco Ambrosiano,
o Instituto para las Obras Religiosa (IOR), que según las
investigaciones del estudioso David A. Yallop, en su libro: El
banquero de Dios, dio a conocer la trama oscura de los manejos
económicos de la iglesia, y la inescrutable forma en la que se
manejan la cuentas del Vaticano.
Pero
además son fuente corrupción y poder, que como en los
nefastos negocios que manejan las mafias “deshaciéndose de la
competencia”, en 1978 procedieron a eliminar al Papa Juan Pablo I,
o Albino Luciani quien después de 33 días falleció, aparentemente
envenenado.Uno de los principales sospechosos era el director de
entonces del banco Paul C. Marcinzskus.
Más
allá de cuán cierta haya sido la muerte de aquel Papa -de la
sonrisa- y esa trama conspirativa interna, lo único cierto es que:
Ni la ciencia en sí, ni la religión como tal, son capaces de ayudar
a superar la pobreza. Ese hecho sólo se da con voluntad política,
en el plano político -valga la redundancia- y el renunciamiento en
el plano místico y misional que debería tener la iglesia; algo de
lo que la iglesia es tan alejada, como alejada está de la realidad
que son sólo bienaventuranzas la pobreza se supere.
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